viernes, 18 de julio de 2014

Rumpelstiltskin

Los amigos no cobran los favores, pero éste pequeño duende no ofrece amistad sino una salida rápida, a los problemas. Y cuando la ayuda es generosa uno debería desconfiar. El popular cuento, narra la historia de una jovencita que comienza a hacer tratos con Rumpelstiltskin y al no tener como pagar sus favores, acepta sus condiciones.
El duende que conoce la avaricia de los hombres, sabe ponerle un buen precio a sus favores. Sobre la historia del cuento, siempre he pensado,
 ¿ Deberíamos culpar a Rumpelstiltskin por ser cómo es?
Acaso no se han dado cuenta el mundo mágico y el mundo real se parecen mucho y todo posee un precio. 




La pobre hija de un molinero debe hacer quedar bien a su familia y de seguro salvar su cabeza del enojo del Rey, y como toda jovencita piensa que el futuro es algo demasiado lejano para preocuparse. Pero todo futuro se convierte en presente en apenas un abrir y cerrar de ojos, y nuestro duende lo sabe, el primogénito de la doncella es lo que le pide como recompensa a su ayuda. 
Inevitable es imaginar cuales serian los planes de un duende con un bebe humano, y casi inventando una secuela del cuento me animo a decir que es el trono del Rey, el verdadero objetivo de Rumpelstiltskin. 
Hay que reconocer que el duende saltarín se deja enternecer fácilmente por las lágrimas de las mujeres, por eso le brinda la oportunidad de conservar a su bebe si averigua su nombre real. 
Y ahí es cuando pienso ¡qué niña tan mezquina la del cuento!, ni siquiera le preguntó su nombre cuando lo conoció. Finalmente la suerte no favorece al duende.



" Cuando volvió el enano la tercera noche, y preguntó su propio nombre a la reina, ésta le contestó:

-¡Te llamas Rumpelstiltskin!"




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