Baúl de juguetes

Unas imágenes de muñecas vampiros, son de las llamadas dollfies. Se venden en Korea y Japon .Fijense el detalle de sus colmillos.¡Estan geniales! Nunca tendré una (snif) porque no llegan a Argentina.

Las Dollfies se dividen en dos tipos: las personalizables (que permiten crear una Dollfie al gusto del comprador, eligiendo su cabeza y su cuerpo para crear la combinación que desee) y las terminadas, que ya vienen acabadas y pintadas de fábricas (aunque también son personalizables si así se desea. La mayoría de las Dollfies terminadas pertenecen a series de animación famosas o a líneas especiales creadas por Volks con características propias).

Dollfie es una muñeca de vinilo, generalmente de 27 cm y escala 1/6, fabricada por la compañía japonesa Volks. La principal característica de las dollfies es su versatilidad, ya que son completamente personalizables y ninguna dollfie tiene por qué ser igual.

Existen algunas ediciones limitadas de dollfies: pueden estar basadas en mangas, animes o ser personajes originales de Volks. Son muñecas coleccionables con número de serie.

Pero la gran mayoría de dollfies son las que crea el comprador, utilizando los diferentes cuerpos y cabezas disponibles. Aunque a veces los cuerpos incluyen una cabeza, cualquier cabeza que se venda por separado puede encajarse en cualquier cuerpo.

Hay otras marcas como Noix de Rome o Obitsu, que ofrecen productos similares, pero "Dollfie" propiamente sólo son las de Volks.

Muchas veces se utiliza la palabra dollfie erróneamente para referirse a las Super Dollfies, muñecas de la misma marca, pero que no tienen nada que ver con las pequeñas, el material es completamente diferente y también el concepto de muñeca cambia.







¿No asustan esas caritas? Son los muñecos de los ventrílocuos. Muñecos que están unidos a sus amos, pueden hablar y decir cosas que su amo no se atreve. La ventriloquia, a pesar de poder ser aprendida, es una facultad innata. Es el arte de hablar sin mover los labios de modo que una vez proyectada la voz, parece originarse en otro lugar con la finalidad de dar voz ilusoriamente a un muñeco.





Son realmente divertidos y espeluznantes a la vez, por eso están
 presentes en varias películas de terror.



Dejo las imágenes de dos películas que son bastante buenas con estos personajes de protagonistas Silencio desde el mal y  el títere 2 Triloquist en inglés (es bastante rara, tiene mucho de road movie, me gustó el manejo de cámara)  y otra que es una joyita, donde trabaja el gran actor Anthony Hopkins Magic (1978) 





La ventriloquia (palabra derivada de ventrílocuo, que a su vez proviene del latín ventrilocuus, "el que habla con el vientre") es el arte de modificar la voz para imitar otras voces u otros sonidos. Dado que la ventriloquia está orientada al mundo del espectáculo, forma parte de la brillantez de la actuación el que la emisión de voz se haga de la forma más discreta posible, esto es, que el ventrílocuo sea capaz de dar voz al muñeco sin mover, o casi sin mover, los labios, de modo que una vez proyectada la voz, parezca originarse efectivamente en el propio muñeco. En un principio se pensó que era el resultado de un uso poco corriente del estómago durante la inhalación, y de ahí su nombre del latín venter, "estómago" y loqui, "hablar".


La práctica de la ventriloquia se realiza casi siempre mediante un diálogo, generalmente cómico y/o sarcástico, entre una persona y un muñeco al que aquel le presta la voz. Estos muñecos se denominan "dummies".






Autómata, del latín automăta y este del griego αὐτόματος autómatos, ‘espontáneo’ o ‘con movimiento propio’. 


Históricamente los primeros autómatas se remotan en la Prehistoria donde las estatuas de algunos de sus dioses o reyes despedían fuego de sus ojos, como fue el caso de una estatua de Osiris, otras poseían brazos mecánicos operados por los sacerdotes del templo, y otras, como la de Memon de Etiopía emitían sonidos cuando los rayos del sol los iluminaba consiguiendo, de este modo, causar el temor y el respeto a todo aquel que las contemplara. Esta finalidad religiosa del autómata continuará hasta la Grecia clásica donde existían estatuas con movimiento gracias a las energías hidráulicas. Esos nuevos conocimientos quedan plasmados en el primer libro que trata la figura de los robots Autómata escrita por Herón de Alejandría (10 d. C.-70 d. C.) donde explica la creación de mecanismos, muchos basados en los principios de Philon o Arquímedes, realizados fundamentalmente como entretenimiento y que imitaban el movimiento, tales como aves que gorjean, vuelan y beben, estatuas que sirven vino o puertas automáticas todas producidas por el movimiento del agua, la gravedad o sistemas de palancas.


Pierre Jaquet-Droz es Posiblemente el mejor y más conocido creador de autómatas de la historia. Pierre Jaquet-Droz, suizo nacido en 1721, es el responsable de los tres autómatas más complejos y famosos del siglo XVIII. Sus tres obras maestras («La pianista», «El dibujante» y «El escritor») causaron asombro en la época llegando a ser contemplados por reyes y emperadores tanto de Europa como de China, India o Japón.


El primero de ellos, «La pianista», es un autómata con forma de mujer que toca el órgano, con la particularidad de que es la propia figura la que interpreta las obras pulsando las teclas con sus dedos sin tener el sonido pregrabado o procedente de otro lugar. Compuesta por 2.500 piezas podía mover los ojos dirigiendo la mirada del piano a los dedos, inclina el cuerpo, respira y al finalizar cada tema hacía una reverencia.

«El dibujante», por otra parte, estaba compuesto por unas 2.000 piezas, tenía forma de niño sentado en un pupitre y podía realizar hasta cuatro dibujos distintos. Al igual que el anterior imita el comportamiento mientras realiza la tarea moviendo los ojos, las manos o incluso soplando en el papel para eliminar los restos del polvo del lápiz.

El último, y más complejo de los tres autómatas, es «El escritor», compuesto por más de 6.000 piezas. Podía escribir utilizando la pluma gracias a una rueda donde se seleccionaban los caracteres uno a uno pudiendo escribir así pequeños textos de unas cuarenta palabras de longitud. Como los anteriores, realizaba movimientos propios de un ser humano como mojar la tinta y escurrir el sobrante para no manchar el papel, levantar la pluma como si estuviera pensando, respetando los espacios y puntos y aparte, además de seguir con la mirada el papel y la pluma mientras escribe.

Los tres autómatas se pueden contemplar en el Musée d’Art et d’Histoire de Neuchâtel, Suiza.